Es posible que hayamos oído hablar de la historia del mono que ganó el concurso de bolsa que una prestigiosa universidad norteamericana convocaba para sus estudiantes, según la cual, uno de sus estudiantes, que había invertido todo el capital virtual, que se le asignaba por igual a cada concursante, adquiriendo acciones de una sola compañía de las que cotizaban en la Bolsa de Nueva York, ganó el concurso al obtener la mayor ganancia en el plazo durante el cual duró el concurso.
Su truco fue ponerle la lista de las empresas que cotizaban en bolsa delante de un mono que era su mascota y dejar que este señalara en cual de todas ellas invertir. Y así lo hizo
Esta historia es una muestra de lo aleatoria que puede ser la bolsa, de modo que por muchos cálculos financieros que se realicen muchas veces y sobre todo en el corto plazo estos no son efectivos.
Pero lo cierto es que, en el mundo de las inversiones, los precavidos tienen altas probabilidades de perdurar y obtener ganancias sostenibles. Y estos lo que hacen es diversificar sus inversiones.
¿Y por qué razón? Se preguntarán. Pues siguiendo la misma lógica del refrán español que aconseja no poner todos los huevos en la misma cesta. Si pongo todos mis huevos en una cesta y cuando la transporto, sucede que tropiezo y me caigo, lo cual hay un riesgo de que suceda ¿qué pasará? Que me quedaré sin huevos. Y si los pongo en dos cestas resultará muy difícil que me caiga dos veces seguidas, por lo que se salvarán unos pocos.
Así pues no inviertan todo su capital en una sola compañía.