Productos invisibles

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Como norma general, el dinero es visible cuando tenemos en nuestra mano el papel moneda o las piezas de metal que marcan el valor que indica cada una de ellas. No obstante, la mayoría de las ocasiones el dinero se ha convertido en algo tan intangible e invisible como pueden ser apenas unos números en un pedazo de papel, como pueden ser los recibos que nos dan cuando al  solicitar una tarjeta y pagamos con ella o los números que vemos en la pantalla de nuestro ordenador cuando consultamos nuestro saldo del banco.

 Por esta razón, el mundo de las inversiones se realiza de un modo muy similar, y prácticamente todos los bienes que se adquieren en los mercados financieros, sean estos de materias primas, inversión en divisas internacionales o de acciones en el mercado de valores, todas ellas se compran mediante títulos de propiedad, es decir, valores mostrados en un documento impreso o digital que indica que tenemos participación en el porcentaje de los bienes que se muestran, los cuales como norma general se han comprado a través de una entidad en la que tenemos nuestro capital, de un modo que se podría denominar invisible o intangible, algo que se lleva realizando mucho tiempo pero que hoy está más generalizado porque los inversores particulares son cada vez más numerosos y capaces de realizar estas operaciones.